De la pared.

El blanco puritano domina la habitación a la espera de ser habitado como tela en blanco coquetea con el pincel de los carteles y los trazos de los recuerdos fotografiados. Otros  buscan  hallarse ahí para comunicar la vida de un entorno.
Se hace necesario tanto referente para dar vuelta a las ideas y como ellas ,se disponen  siempre a mutar de esquina a esquina, jugando con el espacio entre el techo y guardapolvo .Como oruga se preparan para dar vueltas en un revoloteo de mariposas interno, se ordenan y constituyen la forma de las ideas del cotidiano.
 Al final ,son cuatro lienzos al alcance que compiten con los animales del descanso,de la vestimenta  la lectura y los animatronic del sonido y la luz. Se conjugan allí a plena libertad de su dueño, se pasean pero el calvario se forma de pronto cuando son de distintos dueños las mascotas, todos han de saber que no se llevan y que luchan codo a codo por un rincón mientras los pinceles y trazos se sortean para mantener la armonía de la habitación más habitada.

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